LA FUNCION DE SENTIMIENTO
En el punto anterior arribamos a una cita donde el sentimiento se indiferenciaba o confundía con la intuición. No sólo en el ámbito de la psicología junguiana, en forma paradojal, sucede este fenómeno, sino que es un campo más de un acontecer general.
El lenguaje por el cual nos comunicamos lo expresa. Por lo tanto en el alemán, esta indiferenciación se expresa en que “la noción de percepción (Die Empfindung) está ligada, por un lado a la de presentimiento, a la de intuición y, por otro, a la de sentimiento. Se utilizan los términos de Empfinden (sensación) y de Gefühl (sentimiento) indiferentemente para estos tres órdenes de datos psicológicos, como si se tratara de la misma cosa.”(16).
En el inglés se confunden sentimiento e intuición. Jung comenta: “el inglés es peor todavía: no se dispone sino de la palabra intuition , que se emplea en el lenguaje corriente y que, por este hecho, pierde muchas de sus virtudes para designar una función científica” (17).
Pero en el uso coloquial aún se usa la palabra feeling para denotar indistintamente sentimiento e intuición. En castellano expresamos en el lenguaje corriente “sentir una corazonada”, o también el abreviado “siento que”, para expresar una intuición. Desde la óptica junguiana esta indiferenciación denota que estas funciones están a disposición del Inconsciente (propio de nuestra cultura pensamiento-sensación) por ello presentándose en forma arcaica, primitiva y fusionadas.
El ex-director del Instituto de Zürich, James Hillman (1970), se refiere a esta contaminación del sentimiento, cuando es inferior, con la intuición, dando lugar a fenómenos parapsicológicos. “Cuando el sentimiento tiene una componente intuitiva y está radicalmente disociado de la conciencia, lo que ocurre muchas veces con médiums y con otras personas dotadas de dotes parapsicológicas, pueden ser mantenidas relaciones personales, no por medio de una relación consciente y del interés humano por el otro, sino a través del Inconsciente: en extraños eventos sincronísticos o sueños y oraciones” (18). Pero dado que estas funciones son inferiores falla la evaluación del sentimiento y la intuición no se comporta como el tipo descripto más arriba, y da lugar a todo tipo de fobias, aprehensiones y obsesiones propias de la manifestación inferior. Hillman concluye: “Cuando esas funciones son inferiores, vemos a la luz de valores erróneos y establecemos relaciones a partir de falsas percepciones. Mucho de lo que consideramos paranoide acontece de esta forma.” (19)